Manchas obscuras en tu cara

10 cosas que NUNCA debes aplicar en tu cara

10 cosas que NUNCA debes aplicar a tu cara.

Bicarbonato: al ser barato, fácil de conseguir y ser un producto común, podría parecer un buen punto de partida. Lo mezclé con agua para formar un exfoliante casero. ¿El resultado? La piel se me puso morada y me picaba muchísimo. Lo que dicen los dermatólogos El bicarbonato es altamente alcalino, lo que significa que altera la acidez o el pH natural de la piel. No recomiendo aplicarlo en la piel.
Pasta de dientes: Esa pasta de dientes fresca y mentolada me deja los dientes relucientes, ¿pero qué podría hacer por mi piel? No tanto como pensaba. Fue muchísimo más agresivo de lo que esperaba y me secó la piel. Me dejó la cara enrojecida y escamosa. Lo que dicen los dermatólogos
Del mismo modo que el bicarbonato, la pasta de dientes es alcalina y altera el balance natural de la piel. No recomendaría a ningún paciente que se aplicara pasta de dientes en la cara, especialmente cuando hay muchas otras soluciones específicas disponibles.

Aceite de coco: Lo probé en invierno cuando tenía la piel un poco seca. Los videobloggers parecen haberse vuelto locos con las propiedades hidratantes del aceite de coco. Me pareció un poco aceitoso y más tarde leí que es bastante comedogénico. Claramente no es una cura para el acné. Lo que dicen los dermatólogos El aceite de coco es un emoliente eficaz para la piel seca, pero no es un tratamiento específico contra el acné.
Aceite de árbol de té: Los foros de Internet están llenos de comentarios positivos sobre este antiséptico natural. Aunque, todo sea dicho, me ayudó con los brotes de acné, pero no lo suficiente como para considerarla una solución completa que lo controle a largo plazo Lo que dicen los dermatólogos Se ha demostrado que el aceite de árbol de té tiene propiedades antisépticas, por lo que podría ser peor, pero no tendrá ningún efecto en los conductos pilosebáceos responsables de la aparición del acné.
Como ves, la moraleja de la historia es simple: Los remedios caseros, los trucos extraños y las «curas milagrosas» a menudo empeoran las cosas en vez de mejorarlas y no son un sustituto de los tratamientos dermatológicos de verdad. El sentido común y los tratamientos localizados respaldados por elecciones informadas para el cuidado de la piel siempre van a triunfar por encima de lo que puedas encontrar en la despensa de tus padres.